miércoles, 3 de noviembre de 2010

Abel

Después de ver Abel me quede con la sensación de que es una película sencilla, a ratos aburrida y con la falta de una idea que hiciera de este filme algo digno de recordar.

La historia se desarrolla en Aguascalientes donde encontramos a Abel (Christopher Ruiz Esparza), un niño con problemas psicológicos al cual su madre decide sacar del hospital en que se encuentra y cuidarlo en casa con la intención de que mejore y no tener que mandarlo a la capital.

En su hogar nos enteramos que vive solamente con sus otros dos hijos. La historia empieza a tomar forma cuando Abel empieza a “mejorar” tomando el rol del padre ausente y asumiendo el comportamiento del jefe del hogar, situación que propicia algunas escenas de humor, como cuando corre al pretendiente de su hermana y otras de tensión, la escena del inocente incesto.

De repente y sin esperarlo a la vida esta familia regresa el padre, José María Yazpik, quien supuestamente viene de Estados Unidos y cuya presencia trastoca la tranquilidad que la familia empezaba a tener debido a la aceptación del comportamiento de Abel como el papá y jefe. Con la llegada del “verdadero” padre se desatan una serie de conflictos que dejan ver la fragilidad en las que se sostiene el núcleo familiar.

Desde mi punto de vista, la trama nunca logra atraparnos del todo debido a varios factores que van desde la lentitud de la cinta, la falta de momentos emotivos y algunos omisiones en la historia que exigen ser completadas por el espectador.

La veracidad de los acontecimientos llega a quedar en entre dicho y rayando en lo surrealista, desde que la madre acepta el comportamiento extraño e inusual de su hijo y permitiendo todas las actitudes y acciones que esto conlleva.

Aún aceptando esta premisa y suponiendo que creemos que un niño puede llegar a tener tanta presencia en una familia, la historia se ve limitada en mi opinión por que los otros personajes caen en el mismo juego.

Lo mejor de la cinta es cuando este especie de sueño se rompe y en una escena que puede ser la mejor del filme, el padre lleva a Abel al baño y lo obliga a verse al espejo y reconocer que no puede ser el “papá” de nadie dado que es sólo un niño, ahí enfrentado cara a cara con la realidad que no puede aceptar está, creo yo, el punto culminante de esta película.

Los momentos de tensión del final jamás me atraparon y en ningún momento pensé que el protagonista fuera a morir, quizás porque toda la película se me hizo tan lineal y llena de fantasías sin chiste que haberle dado otro final no sólo sería impensable sino hasta fuera de lugar.

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martes, 5 de octubre de 2010

El Infierno

El Infierno será sin ninguna duda un hit en el cine nacional por la temática que aborda, la forma en que cuenta la historia y por supuesto la buena producción que presenta. Sin embargo al tratar de retratar una problemática social, queda corto en la forma de presentarlo, pues hay momentos en que abusa de la mofa, y pierde el sentido de la tragedia que se vive en la película (y en la realidad).

La película se desarrolla en un pueblito fronterizo de México  a donde llega después de muchos años el Benny, protagonista de la historia y desde el cual percibimos los cambios que ha generado el narcotráfico, la pobreza y la corrupción en el que era su hogar.

En el pueblo Benny (Damián Alcázar) se entera que su hermano esta muerto, tiene un sobrino, una cuñada muy buena, el narco esta presente y sus antiguos amigos están involucrados. Al principio tratará de hacer las cosas de la mejor manera, pero al darse cuenta que no hay forma de salir adelante cae en la filas del narco, reclutado por el Cochiloco (Joaquín Cosío). A partir de ese momento empezarán las peripecias, aventuras y desventuras, por encontrar una manera de vivir en un mundo de muerte, drogas y corrupción.

Desde mi punto de vista la película es muy buena en varios aspectos empezando por la producción, que a pesar de tener muy pocos escenarios retratan bien la realidad de algunos pueblos de México. Las actuaciones están a la altura, y aún cuando Damián Alcázar es el protagonista, el toque dramático lo pone muchas veces el Cochiloco. Las escenas más sangrientas y crudas de la película están muy bien hechas y logran impactar al espectador, a tal grado que sales de la película un tanto asustado y con varias cosas en que pensar.

Por otro lado, la temática que plantea es un problema muy grave que se vive en varias partes del país ( ¿o en todo?) y aunque la película es muy directa, “realista” y hasta pesimista, no dejo de preguntarme el por que incluir tantas escenas de humor involuntario, casi siempre después de alguna escena de violencia. Aún cuando es un visión del director, creo que, aunque algo imperceptible, la película deja de ser un retrato de la sociedad y se vuelve una parodia, lo cual le quita un poco de importancia, y hace más asimilable el tema.

Con todo y estos detalles, la película es altamente recomendable para ponerse a pensar un rato y reflexionar sobre la realidad que estamos viviendo, aunque algunas personas quizás les parecerá desmoralizadora y hasta surrealista, El Infierno tiene todo para convertirse en un filme tan bueno  como alguna vez lo fue “La ley de Herodes”